miércoles, 24 de noviembre de 2010

He estado...


He sido una niña ante una inmensidad anónima.

Aunque haciendo alarde de mi condición, sin cuidado me lancé al encuentro de lo indómito.

Como siempre, a sabiendas de que a pesar de no estar al tanto…lo exigía a llantos.

Por eso, he estado en aquellos brazos inocentes que desbordan de ansiedades.

En donde los secretos fueron descubiertos de dos en dos, de piel en piel…

Con el pánico colándose por las rendijas de cada ventana, de cada hoyuelo, de cada trozo de madera.

Aún así jamás ningún pánico fue capaz de dar freno a ese ímpetu.

Y lo saboree, acariciando cada espacio entre el magenta y el carmesí.

Aspirando la sutileza de esos céntimos próximos al alarido sordo…

He estado…

He estado, de nuevo en el camino sin rumbo destinado. Sin hogar donde tumbarse.

Agazapada a esos recuerdos e ilusas ilusiones de que sin más todo era tan simple y lleno de respuestas.

He estado… ahí metida en lo recóndito de ese y mil abismos…sin poder salir, sin querer salir…

Y una y mil veces entre el pánico de las rendijas y los alaridos sordos…

Y también…he estado aquí…

Pretendiendo complacer aquellas partes de mí que no pretenden despojarse de los estados…de los daños, que aunque los reproche, la costumbre se hace pesar.

Y como en ocasiones, me dejé llevar… me dejé fascinar, sin siquiera creer que podía embelesar.

He estado… queriendo construir unas conexiones ideales…sin hacerlo consciente, sin quererlo verdaderamente.

He estado, y me he visto estar…dentro de ese engranaje de ensueños, de difusas siluetas que danzan al compás de las contigüidades de sus ideales.

Creo que es más simple y a la vez combinado; es que las ganas y el deseo a veces, pesan más que lo predispuesto. Y sin desobedecer y denegar al destino… es solo el arrebato de anhelar hasta en los poros trozos de ti, pedazos de este entresueño creado hasta el deleite.

Por eso, sigo estando aquí…


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